... en el sentido más peyorativo de la palabra.Lo dijo una señora que sabe mucho. Anda con filósofos criminales, sabios de pincho de tortilla. Hablan de manifiestos por la lengua común desde la poltrona del sofá de cuero, y por encima de las gafas de pasta (pasta gansa). Sin reparar en trabajos de campo. Porque saben mucho.
A veces me pregunto por que y me entran unas crisis de indentidá que ni la virgen.
Me pregunto si serán las gheadas de la recta. Me pregunto si será la agua de la Pultreira... o los mostos que bebía de rapas en el "Río de Oro"... allí comía de pequeñito phoskitos a punta pala y el dueño, que era mi amigo, me hizo del Madrí... quizá sea eso, eso de ser de Espiñerido, en el sentido peyorativo de la palabra.
Y aunque uno piensa que por fin encontró la respuesta, la pregunta vuelve, la hijadeputa, como la pelusilla al ombligo. Y me interrogo de nuevo. ¿Será que en Espiñerido las cuestas arriba son "camiños chaos"? ¿Será, por el contrario, la casa de p...íiiiiiiiii y Margall? ¿Las luces de neón me hicieron miope?
Yo no sé de dónde me viene, pero siento en mis adentros más profundos, bajo esta panza protectora, que la señora tiene razón... algo hay que me lo dice... Y es que me miro al espejo y... me gusta el vino y las mujeres, y me gusta muy poco afeitarme, y llevo el pelo largo y tenis de yonki, y para mi desgracia, no soy un señor y mucho menos un truhán...
Entonces reflexiono. La culpa no es mía. Es de Espiñerido.
Pero que sé yo... tengo un sintimiento de vergüenza así como medio cristiano, y esta cabesiña que no me deja descansar vuelve a la carga con lo mismo; "eres de Espiñerido, en el sentido peyorativo de la palabra." Y me suelta otra frase: "Podéis arrancar al hombre de su país, pero no podéis arrancar el país del corazón del hombre." Y oír esto siendo de Espiñerido en el sentido más peyorativo de la palabra, como se pueden figurar, acojona de cojones.
Y re-vuelvo. ¿Acaso será el olor a gasolina? ¿Los camiones espías de Peña Burela? Y me atormento. Yo no sé... pero nací un día que Dios estaba enfermo. Esto lo escribió César Vallejo, pero yo digo: el cabrón de Dios era de Espiñerido, en el sentido más peyorativo de la palabra.
Y re-vuelvo. ¿Acaso será el olor a gasolina? ¿Los camiones espías de Peña Burela? Y me atormento. Yo no sé... pero nací un día que Dios estaba enfermo. Esto lo escribió César Vallejo, pero yo digo: el cabrón de Dios era de Espiñerido, en el sentido más peyorativo de la palabra.
Y veo a mis amigos y vecinos y claro, aunque tenemos nuestras diferencias (apostar y callar!!!), me dá que, por mucho que porfiemos, nuestro destino nos viene marcado; siempre acabamos en lo mismo.
En el medio de ningún lado.
Entre el imperio cervecense y el aspirante Prián.
Siendo de Espiñerido, en el sentido más peyorativo de la palabra.
