7 nov 2008

MI MANO EN PENA/RON DE CAÑA, JAVIER KRAHE (xogador de chica)





Dedicadas á secta en su plenitud... O segundo vídeo é pésimo, pero non me puiden resistir a subila... Yo tengo una novia que finge no tener orgasmos...

(Iso sí, á media hora saíulle a ............ polas orellas)

Que pienso en Elena y me acuerdo de Irene, que pienso en Irene, me acuerdo de Elena,
mi pene se apena, se apena mi pene. Y una mano amena, mi pene sostiene, no es mano de Irene, no es mano de Elena, es mi mano es pena, es mi mano en pena. Lo malo que tiene
es que no es tan buena como la de Irene, como la de Elena, pero me entretiene, pero me entretiene. Para eso conviene pensarse una escena donde salga Irene, donde salga Elena, en plena faena, en plena faena. Y así, vena a vena se llena mi pene de ausencia de Irene, de ausencia de Elena, y no se retiene. Me voy, que me viene.


Tengo una novia que finge que no tiene orgasmos, y, al reprimir sus espasmos, al sofocar su laringe, me pone cara de esfinge. Finge, finge, finge, que yo lo sé, yo sé que finge...
Yo sé que es una artimaña contra mi autoestima, y es que le doy mucha grima, siempre de hazaña en hazaña... por eso me mete caña, caña, caña, caña, pobre de mí. Y ron de caña.
El ron de caña, oh qué desdicha, el ron de caña sí que empaña la susodicha.
Al primer ron aún sirvo de algo, pero al segundo casi no cundo, casi no valgo.
Y al tercer ron soy un escombro, con mi autoestima por la tarima, manga por hombro.
Y le susurro a la oreja al ver su entusiasmo: estás teniendo un orgasmo, se te ha movido una ceja, tu cuerpo se desmadeja, deja, deja, deja, déjate ir no tendrás queja.
Viendo que da su artimaña nulos resultados, sus uñas en mis costados, se deja ir y me araña fingiendo un poco de saña. Caña, caña, caña, pobre de mí. Y ron de caña.
El ron de caña sí que me afecta, el ron de caña, el que me acompaña mi edad provecta.
Al primer ron aún sirvo de algo, pero al segundo casi no cundo, casi no valgo.
Y al tercer ron soy sólo un lastre, con mi autoestima por la tarima, para el arrastre.
El ron de caña me compromete, el ron de caña, que me desmaña. Y ya van siete.
Al primer ron aún sirvo de algo, pero al segundo casi no cundo, casi no valgo.
Y al tercer ron perezco un leño, con mi autoestima por la tarima ronca su sueño.

No hay comentarios: