TRAGHEDEA DE AMOLLLLLL. cap. 3. Rácing de Santander & Kiko Bótalle o Veneno.

Después del exquisito convite, del maravilloso postre de cochinillo asado del Viveiró, y de (cómo no) chupito y faria, Yurisleidy y Efluvio partieron en la limousine de Trabuco Donosor hacia el templo del dance y el ligoteo internaconal, el R10. Allí, DJ Bal Bilmer impartía clases de buen gusto musical haciendo flipar a la peña con "La vida empieza hoy" de Sergio Dalma. Quizás recordando otra de las canciones del artista catalán, Efluvio entendió que bailar de lejos no es bailar y arrimó suavemente su cimborrio hacia el pubis de la muchacha. Entonces el discjockey cambió magistralmente el ritmo introduciendo a AC/DC, por lo que Efluvio emprendió entonces el baile de la piksa, que consiste en penetrar con la rodilla en los lugares más recónditos de la anatomía femenina, mientras se intenta marear a la víctima con constantes y rápidos movimientos, describiendo un círculo vicioso hacia la derecha. Luego de 20 canciones bailadas de la misma manera, fueron a reponer fuerzas y beber unos cócteles a la barra. Yurisleidy pidió piña colada, Efluvio un Thanckeray con Bombay y Larios.
Para el amante, ese era el momento preciso de encauzar la conversación hacia el amolllllllllll y sus sentimientos hacia Yurisleidy. "Tu risa es la música que acaricia mi alma", dijo, después de que la chica sonriese al contarle él el infalible chiste que explicaba por qué los focos miran hacia arriba. Luego de apurar su chupito, prosiguió. "No dejes de reírte ni cuando estés dormida," le susurró. Cuando la muchacha comenzaba a suspirar con los ojos brillantes y ansias de un intenso y loco placelllll, Efluvio pensó que era el instante de rematar la faena: "ti vienes duchar comigo???", le espetó. Luego de un instante de intrigante silencio, Yurisleidy, loca de amollllllll, le respondió con un lambe lambe. Después, Efluvio pidió permiso para ir al baño porque, según él, tenía la vejiga como un balón de playa, aunque en realidad tenía ganas de asegurar la situación y rememorar uno por uno todos los pasos de la estrategia.
Mientras se miraba al espejo repitiéndose "soy un chingador, soy un chingador...", se dió cuenta de que se había olvidado de algo fundamental: el preservativo. Le dijo a Yurisleidy que esperase, que tenía que ir a buscar algo, y corrió por la siudad buscando alguna farmacia abierta. En 25 minutos de carrera no lo consiguió, así que intentó sacar el preciado objeto de una máquina expendedora de condones. Contó el dinero, pero le faltaban diez céntimos. Cual yonki, buscó ayuda en un viandante: "oye, tio, tienes unos centimitos, que no es pa comer, que es pa follar, joder...". Obtenido el crédito y el condón, caminó hacia el Hour Point, donde había quedado con Yurisleidy, quien mientras tanto había fundido sus ahorros en el bingo. La chica también había hablado (por decir algo) con Ryan Manuel, que no daba el pié ni la mano después de doce tequilas, y que, indignado, le echaba la puñeta al cielo para vengar la afrenta de su mala suerte con Yurisleidy. De la conversación, la muchacha sólo había entendido un extraño tasssss cjriminal...

Al tiempo que caminaba para volver junto a su amolllllsito, una sensación de plenitud recorría a Efluvio. La felicidad de la borrachera y de saberse triunfador se entremezclaban. Todo había salido como lo planeó. Pero entonces, bajando por Arcadio Pardiñas, apareció ella. No había palabras para definirla. No era una mostrenca. No era un codromoio. Inauguraba una nueva categoría: O demo non me aúnda...

TO BE CONTINUED IN THE KLËIN BUT...CON QUEN SERÁ?...WHO...WHO...QUEMEIMPORTAAMIN...